sábado, 23 de noviembre de 2013

REFLEXIONES

Cuando empleamos la frase “leer en voz alta” no es solamente un ejercicio oral aplicada al deber del castellano en el aula, debemos como docentes preparar o iniciar a los niños en este gran proyecto, pero para ello debemos recurrir a Luis Maria Pescetti, en el documento
“juegos de lectura en voz alta” que como su nombre lo dice, nos enseña diversas actividades y juegos relacionados con la lectura; practicas que debemos tener en cuenta para la inducción y motivación en el círculo de lectura; por ejemplo en el caso del taller “la letra con piña entra” un  juego muy bueno y tradicional es “ritmo” donde cada uno debe estar súper atento a lo que dicen sus compañeros pues el que repita, tiene una penitencia o como la sensación de ridículo entonces por esta razón están mas atentos y ya con este juego de introducción se puede iniciar a la sensibilización  de la temática central. Pues con el hecho de introducir el juego dentro del aula o en la clase se convierte  en un instrumento didáctico que puede ayudar a reforzar y a afianzar mucho mas los conocimientos aportando a casa estudiante un buen nivel de interacción y competitividad, respaldado por la creatividad la imaginación, la novedad y el interés por la adquisición de un nuevo rol que libera mucho mas su expresión y espontaneidad.




En el mismo taller de “la letra con piña entra” podemos involucrar también a Clara Cuervo  con su propuesta de “cuerpo con sentido” donde se puede interpretar cómo desde la educación tradicional ha tratado de someter  el cuerpo  (en el aspecto físico y con golpes y torturas) y emocional porque siempre nos hemos preocupado por un plan de estudios que se cumpla a cabalidad, ¿pero nuestros estudiantes, están formados con integralidad?, ¿Acaso los niños tienen un chip educativo que debemos estimular con mas academia?, ¿Dónde queda la parte humana, de la educación y del educador?; pero para hablar de humanización obligatoriamente debemos referirnos a Paulo Freire que es un pensador comprometido con la vida, que no piensa en ideas abstractas sino que piensa, partiendo de la existencia concreta y donde nos habla de la necesidad de humanización del oprimido que debe partir desde el mismo; entonces retomando las experiencias vividas en el circulo de lectura podemos hacer una semejanza entre lo que expresa Freire y nuestro primer paso para iniciar  o conducirlos  a un circulo de lectura que fue el de apropiarnos y dejarnos afectar de lo que esta viviendo nuestra infancia y juventud en el mundo actual; para conseguir otro camino que nos libere de esas presiones, el cual seria la literatura con estrategias tan didácticas e innovadoras como los círculos de lectura que se impregne tanto en nuestro quehacer docente como en el aprendiz para radicar conceptos nuevos de educación de la mano con los tecnológicos.





 Ahora, para referirnos a José Martí, lo podemos recordar con la actividad del género lirico relacionada con la poesía y el taller “la letra con piña entra”: en el primero, él nos sensibiliza y motiva a través de “la expresión de un pueblo” que partiendo de la poesía nace una nueva literatura pero donde los niños son los autores que expresan sus sentimientos y emociones y no solo se limitan a transcribir verso tras verso, sino que el verdadero sentido de esta literatura se llevara a cabo si el docente permite que nuestros niños expresen lo que viven en estos tiempos, en su realidad, su contexto, que con un radar mágico como la imaginación llegara a donde la luz no alcanza, donde su corazón experimente nuevos sentimientos y un sentir diferente; y segundo, en el taller de la piña porque nos instruye a cerca de la estética en el cual se convierte en un instrumento eficaz por medio del cual el niño puede expresar sus sentimientos y pensamientos, despertando su creatividad con nuevas ideas  al describir la fruta, sentirla, dibujarla y disfrutarla al máximo en esta sección del taller.

También desde el concepto de la estética, pues relacionar ésta con la belleza artificial es un acto muy común en la sociedad, podemos ver  por ejemplo la piña con una apariencia que a simple vista puede verse fresca y dulce, pero debemos ir mas allá, despertando cada uno de los sentidos, descubrir  las bondades a través de ellos, tocarla, olerla, degustarla y admirarla; es entonces donde la persona transforma su expresión y se compromete en sus ideales, sentimientos y emociones que lo hacen alcanzar una libertad y capacidad para recrearse en el mundo de una sociedad que se ha apartado de estos conceptos; pero que nosotros como docentes podemos descubrir lo bello que hay en nosotros mismos para transmitirlo a la sociedad y afectar a nuestros estudiantes con esta estrategia del arte de la estética.

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